martes, 12 de abril de 2011

"La Hormiga, el Saltamontes y el Hornero". Cap. I

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Inspirado en la película “Bichos: una aventura en miniatura.” (A Bug's Life).

La Hormiga solitaria se arrastraba por el suelo crepuscular que tímidamente se asemejaba a la porosidad de la luna. Inalterable en su instinto, laboriosa y audaz, iba y venía dilatando el tiempo, en busca de algún tallo, de algún pedacito de hoja, que pudiera llevar a su colonia para alimentar a las miles de larvas que estoicamente producía su Reina. En su minúsculo mundo, la hormiga vivía bajo los limites de sus patas, y las pequeñas distancias que podía surcar bajo las horas diurnas en que el sol la hacía sentir viva. No le importaba que el mundo delante de ella fuera inmenso e inconmensurable, no era consciente de los peligros cercanos que podrían poner en riesgo su vida, algo la hacía trabajar por su comunidad aunque su existencia dependiera de ello. No tenía miedo, sólo un impulso imperturbable más fuerte que todo, sobrevivir… y hacer que otros sobrevivan gracias a ella. Así que sin pensarlo, ni saberlo, cargaba cincuenta veces su peso en alimento y solitaria y feliz, llegaba a la boca del hormiguero hasta perderse en su oscuridad segura. Luego salía al rayo del sol para emprender una y otra vez, el mismo camino. La Hormiga olió la humedad disuelta en el aire, enfiló sus antenas al sol sabiendo que la oscuridad de la noche pronto sucumbiría, así que se fue a dormir con sus hermanas hormigas, esperando un nuevo día, para degustar la monotonía que llevaba impresa en la sangre. Quizá esa noche estival y serena, soñara ser diferente… aunque los sueños nunca doblegan el vigor de la naturaleza.

MaT

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